La camarera, de Nita Prose.
Duomo, 2023. Traducción de Ángela Esteller.
SINOPSIS:
Un cadáver sobre la cama. Esta vez no será tan fácil dejarlo todo impoluto. Bienvenidos al hotel Regency Grand, donde nada es lo que parece.
Molly es una joven camarera en un hotel de lujo. Es tímida y torpe en el trato social. Es también aplicada, comprometida, profesional. Una perfeccionista. En su trabajo, mulle almohadones y arregla los desastres que ocasionan los huéspedes, barriendo sus secretos. Es solo una camarera, y nadie repara en ella. Pero un asombroso hallazgo en una de las suites hace que su vida dé un vuelco, y la obliga a convertirse en detective para limpiar su propio nombre, a adentrarse en un mundo que va más allá de lo aparente.
Imagen de portada y sinopsis de Duomo Ediciones.
Un cozy mystery como una casa
Disfruto con las historias de misterio, a estas alturas creo que no caben dudas. En el pódcast hemos destripado ya El asesinato de Roger Ackroyd y Finlay Donovan: una escritora de muerte y además la primera de mis novelas es mitad romcom, mitad cozy mystery (Todo lo que ocurre cuando te metes donde no te llaman).
Y esta novela cumple con varios de los requisitos: no es especialmente sanguinaria ni violenta; la prota, Molly, no es para nada una investigadora profesional, ni poli ni nada que se le parezca y todo el ambiente en general tiene un toque mullido y sosegado. Por eso me sorprendió cuando Izaskun me comentó en el pódcast que mucha gente hablaba de La camarera como thriller.
Ojo, que tampoco soy una loca de las etiquetas y me encantan las historias que mezclan géneros o que reinventan tópicos, pero es cierto que te ayudan a saber un poco lo que te vas a encontrar. Así que si buscas emociones de infarto y tensión constante, no lo encontrarás aquí. Eso no significa que no tenga sus momentos de aymadremía o que nuestra Molly, por ser como es, no nos haga sufrir. Pero, vamos, que un thriller no es.
Molly, una protagonista peculiar
Lo primero que llama la atención de esta novela es su protagonista. Te podrá gustar más o menos la historia pero te aseguro que a Molly no la olvidas. Lleva sus rutinas a rajatabla y no se le da nada bien la parte social de la vida. Para mí es sin duda lo más memorable.
«La detective carraspea y se sienta en la silla frente a mí. Tiene un bloc de notas y un bolígrafo Bic con la parte de arriba mordisqueada. Me esfuerzo por no pensar en el universo de bacterias que debe albergar.
[…]
El bloc amarillo no está alineado con la esquina de la mesa. Está torcido aproximadamente cuarenta y siete grados. Antes de que pueda detenerlas, mis manos se mueven, rectifican este desarreglo y colocan el bloc en paralelo con la mesa. El bolígrafo también está torcido, pero no existe nada en la Tierra lo suficientemente poderoso como para obligarme a tocarlo.»
Tiene momentos de veras graciosos y otros en los que entrarías en el libro para gritarle: «¡No! ¡No te fíes de fulano, que es un liante!», porque la pobre anda bastante desamparada desde que murió la abuela, que era quien le hacía un poco de guía. Pero no te me aflijas, que a lo largo de su periplo Molly aprende un montón de cosas acerca de los demás y de cómo tratarlos y sobre todo de cómo ella merece ser tratada.
Lo mejor y lo peor de La camarera
Reconozco que la psicología de la prota flojea a ratos y a pesar de que es, como te digo, lo que más voy a recordar de la novela, también es lo que menos conseguido está. El motivo es que la autora no siempre sabe sostener la coherencia y a veces te encuentras con que Molly dice o hace cosas que no son propias del personaje. Entonces dejas de ver la peli mental en la que estás mientras lees, para ver a la escritora que necesita que ocurra tal cosa o tal otra como sea.
En esta misma línea, la mayoría de personajes están muy polarizados: o son buenos o son malos, por esta razón a veces cuesta encajar las relaciones que se establecen entre ellos. Sin hacer spoilers es difícil de explicar, pero en el pódcast lo hablamos sin tapujos, ya sabes.
Aun así, es una lectura entretenida, que engancha desde la primera página. El estilo es claro, sencillo, directo, con lo que las páginas fluyen muy bien.
Debo reconocer que yo siento una particular antipatía por las narraciones en presente, como es el caso, pero superado el periodo de adaptación, no me ha molestado en especial. Tal vez porque en las historias donde tiene más sentido utilizar el presente son precisamente las de misterio.
Y al margen de cuestiones más técnicas, la relación con la abuela es súper tierna. Por supuesto, tiene el punto triste porque ya no está, pero es una tristeza bonita que no eclipsa todo lo bueno del vínculo que comparte con Molly.
Destripe de La camarera
De manera que, oye, si te vas a la playa y quieres pasar el día metida en un misterio la mar de ameno, con su lista de sospechosos llenos de motivos, momentos divertidos mezclados con la ternura que despierta la prota… es una muy buena opción.
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